Ya anuncié mi declinación esta temporada por lo sobrenatural y misterioso en lo referente a las series. Pese a que sigo en mis trece, he desviado un tanto la aguja hacia la parte más oscura del ser humano, esa que lamentablemente no tiene nada de ficticia. Empiezo a observar un patrón de calidad tras las series policíacas. Se han percatado finalmente tras décadas de lo mismo, que había un elemento que no funcionaba en su clásico y repetitivo estilo y como era de esperar se han procurado una mejora. La serie que me mantiene cautivado en este momento es Dexter. Su distintivo, la personalidad. Un protagonista casi inhumano, casi perfecto. Un ser sin sentimientos, aunque emocionante. Si os gustan los héroes, esta no es vuestra serie.